Paternidad

El otro día se me ocurrió una idea importante. Y es que cuando se es padre o madre, nadie puede hacerse cargo. Lo sigues siendo siempre. En caso de muerte, divorcio, disputa o alegría: nadie puede sustituirla. Incluso si hay otro educador, usted está en la posición única de la paternidad (o la maternidad).

Eso da un valor profundo a su existencia. No existes sólo para ti, sino que existes en relación. Y en esa relación eres único e insustituible. También se aplica a otras relaciones familiares, pero se pueden compartir otros roles. La crianza de los hijos no lo es; hay 1 padre, 1 madre. 

Así que importa que seas padre, que seas madre. También da responsabilidad; ser padre y madre al máximo. Nadie más que tú puede ser ese padre o esa madre.

Recuerdos de la infancia

Cuando los niños crezcan, recordarán poco de la cocina, excepto los platos que produjo. Y cómo participaron en ella. Las canciones que se cantaban, las risas que se escuchaban. Recordarán el ambiente. Quizás la luz y los escondites favoritos.

Pero si la cocina está gastada o es nueva es algo que sólo pueden adivinar. Es mejor invertir en cocinar y comer juntos que invertir en la última cocina. Es mejor vivir en la relación que en la idea de que las cosas bonitas son importantes(er). Y lo admito: nuestra cocina necesita ser reemplazada. Y también admito: cometo (muchos) errores como padre. Pero que eso siga siendo mi objetivo: la relación y la experiencia por encima de todo. A imagen y semejanza del padre celestial que lo dio todo para estar en relación conmigo.